Cuando los Estados Unidos amenazaron con abandonar la Unión Postal Universal (UPU), los 192 países miembros de este organismo de las Naciones Unidas, reunidos en un congreso extraordinario en Ginebra del 24 al 26 de septiembre, encontraron un buen compromiso para reformar sus normas.
En un contexto de tensiones comerciales con China, los Estados Unidos habían anunciado en octubre de 2018 su deseo de retirarse de la institución y aplicar sus propios aranceles a los pequeños paquetes que llegaran a las fronteras estadounidenses a más tardar el 1º de enero de 2020. Otros países como -Canadá, Noruega y Sudáfrica...- compartían estas preocupaciones en relación con el sistema de remuneración por el envío de cartas voluminosas y pequeños paquetes.
La UPU estipula que el país de destino sea reembolsado por el país de expedición por los gastos incurridos en la entrega del artículo. Por lo tanto, establece las tarifas (llamadas gastos terminales) que los correos de cada país cobran por la entrega de correo y pequeños paquetes en todo el mundo. La UPU clasifica los países en cuatro grupos de desarrollo económico y postal. China se encuentra en el grupo de los países en desarrollo (tercer grupo), que se benefician de tarifas más bajas que los países ricos de Europa y América del Norte, lo cual le permite ofrecer precios atractivos para los envíos de comercio electrónico.
"ES UN GRAN ALIVIO QUE HAYAMOS PODIDO SALVAR EL MULTILATERALISMO POSTAL".
Según Washington, este sistema le cuesta entre 300 y 500 millones de dólares al año (273 a 455 millones de euros).
Peter Navarro (enfrente), asesor económico de Donald Trump, vio en
esta retirada "una forma de contrarrestar a China y sus prácticas injustas, así como una oportunidad de desafiar a las autoridades de las organizaciones internacionales".
Los países miembros deseosos de llegar a un acuerdo, aceptaron hace unos meses organizar este congreso extraordinario, el tercero desde la creación de la organización en 1874. El compromiso establecido en Ginebra (Opción V de la Victoria) les permite a los miembros determinar sus propias tasas de forma gradual a partir de 2020 y hasta 2025.
"Es un gran alivio el haber logrado salvar el multilateralismo postal", afirma Jean-Paul Forceville, director de relaciones europeas e internacionales del Grupo La Poste. La retirada de los Estados Unidos hubiese sido un golpe duro para la UPU. La delegación francesa ha desempeñado un papel clave en los últimos meses con el fin de lograr este resultado. Ahora debemos permanecer atentos al efecto que tendrán los aumentos de la remuneración postal sobre los volúmenes de los pequeños paquetes. Se asegura una mejor cobertura de costos, pero se teme que algunos de estos volúmenes se evaporen".
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